----            El encuentro tuvo como locutora a la arquitecta Francisca Prat, quien también fue ayudante de Fernando Sepúlveda. Antes de presentar a quienes hablarían, dijo que “muchos de los que estamos aquí, de alguna manera, hemos recogido y reflejado en nuestros trabajos, sus enseñanzas y su visión de la Arquitectura. Cada uno tiene una historia o una anécdota para contar. O quizás, simplemente algo que decir. Es por ello, que nuestro homenaje estará reflejado en las palabras de quienes representan a los colegas, los profesores, los titulados  y los alumnos”.
            Así fue como a nombre de la facultad intervino la decana Anamaría Lisboa, por los profesores y colegas lo hizo Óscar Zaccarelli, por los egresados el arquitecto Héctor Lizana y por los estudiantes Nadim Becerra. También se abrió un espacio para que alguien de público,  siendo el docente Julio Tapia quien habló.
Tal como decía Francisca Prat, cada uno tuvo una anécdota o una historia para contar, aunque todos coincidieron en destacar su calidad docente y humana. Fue como un reflejo del  “Decálogo al maestro” de  la poetisa Gabriela Mistral, el cual  sirvió para abrir el discurso del estudiante Nadim Becerra.
“Maestro Fernando Sepúlveda, maestro ´Manzanita’, como todos le decíamos con gran cariño, hoy quiero trasmitirle sentida y sinceramente la gran estima y admiración que este alumnado siente hacia usted, pues ha sabido trasmitir no sólo sus vastos conocimientos y experiencia, sino también su pasión por la Arquitectura y el ejercicio de ella, así como el lazo inexorable que existe entre la persona y el profesional”,  expresaba Nadim.
            El homenaje culminó con las palabras del académico. “No voy decir un discurso, sino que voy a dar las gracias” comenzó diciendo y  agradeció a la decana Anamaría Lisboa, no sólo por la organización  del homenaje, sino por el tiempo que trabajaron juntos. También dio las gracias al ex Rector UCEN  René Martínez, a la ex decana FAUP Eliana Israel, a todas las secretarias, a quienes fueron sus ayudantes y en general, a toda la comunidad FAUP.
Como decía aquella la frase que inmortalizó Gustavo Cerati,  fue un “gracias totales”.